Confirmación, sello del Espíritu Santo
Qué es la confirmación La confirmación es el sacramento dado a la Iglesia a través del Espíritu Santo, para enraizarnos más profunda e íntimamente como hijos de Dios, completando la gracia recibida en el bautismo. La Confirmación ratifica el Bautismo y robustece la gracia bautismal, acercándonos e “incorporándonos, más firmemente a Cristo”; hace que nuestro vínculo y unión con la Iglesia sea aún más sólida y firme, asociándonos de manera más comprometida a su misión, ayudándonos a dar un verdadero y coherente testimonio de la fe que profesamos en Cristo (Cfr. CIC No. 1316). Así pues, la Confirmación constituye junto con el Bautismo y la Eucaristía los llamados sacramentos de iniciación. Y es necesaria para recibir la plenitud de la gracia bautismal, pues nos une más íntimamente a la Iglesia y nos enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma nos comprometemos mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras